Nunca probé la pastafrola argentina tradicional... pero dicen las que saben que esta versión vegana y relleno mexicano quedó de-li-cio-sa!
Adapté esta receta de pastafrola vegana. En la masa, el azúcar rubia se sustituye con azúcar morena, la mantequilla con aceite de coco y el huevo con aquafaba (sí, el agua que queda al cocer garbanzos). Ninguno de los dos ingredientes se nota en la tarta (perdón, pasta-flora).
Ingredientes
Para la masa
250 gr. harina de trigo
10 gr. de polvo de arrurruz (sustituto de polvo para hornear)
3/4 taza de azúcar (mezclé mitad rubia y mitad morena)
125 gr. aceite de coco a temperatura ambiente (extra virgen y orgánico)
1 chorrito de extracto de vainilla
70 gr. de aquafaba (donde cocí los garbanzos para preparar una ensalada alegría)
Para el relleno
1 papaya mediana madura
3/4 de taza de azúcar morena
1 ralladura de limón (y su jugo)
1 chorrito de extracto de vainilla
1 pizca de canela en polvo
Fuente de proteínas: que importa, es un postre delicioso y saludable :-)
Procedimiento
Pre-calentar el horno a 180°
Lava y pela la papaya; córtala en trozos pequeños y pasa a una olla o sartén con el resto de los ingredientes (menos el jugo del limón). Cocina a fuego lento durante unos 45 minutos removiendo ocasionalmente. A los 30 minutos de cocción, agrega el jugo de limón. Puedes preparar la mermelada con trozos de fruto o batirla un poco con un moledor de mano. Retira del fuego cuando esté espesa y toda la fruta de color obscuro; reserva (es deliciosa sobre pan tostado!).
En la batidora (con el batidor de globo), bate el aceite de coco hasta que quede cremoso; incorpora el azúcar poco a poco. Agrega un poco del aquafaba y continúa batiendo hasta que se hayan incorporado perfectamente a la mezcla; agrega otro poco de aquafaba y continúa batiendo, hasta que incorpores todo el líquido. Tienes que incorporar el aquafaba poco a poco y esperar hasta que se mezcle completamente (evita que quede líquido en la parte de abajo de la mezcla).
Pesa y tamiza la harina junto con el polvo de arrurruz. Cuando la mezcla de aceite, azúcar y aquafaba esté lista (cremosa, esponjosa y suelta), incorpora poco a poco la harina y revuelve con una pala de madera. Regresa a la batidora (con el gancho para pan) y mezcla hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados, que la masa esté húmeda y se separe de los bordes. Pasa a la mesada (previamente enharinada), amasa un poco con las manos. Separa 3/4 partes de la masa y extiende con ayuda del bolillo.
Coloca la masa en un molde para tartas previamente engrasado (con aceite de coco y un poco de harina). Mi masa quedó un poco suelta y se quebró un poco pero la "reparé" al momento de colocarla en el molde (coloqué pedacitos de masa en las partes donde se quebró; lo mismo en las orillas).
Coloca una capa fina del relleno sobre la masa. Extiende el resto de la masa y forma una trenza para cubrir el relleno. La repostería y decorado artístico (lo bonito, pues) no se me da, así que hice churritos y los fui pegando poco a poco. En esta casa no se discrimina por el aspecto :-)
Hornear durante unos 30-40 minutos. Deja enfriar y disfruta.
Comida saludable, fresca y con sabor
Como amante de la cocina y comedora de buen diente, puedo afirmar que nunca habías comido tan variado, tan rico y tan diverso, como desde que adoptamos el veganismo. En el paso por la dieta vegetariana, tratamos de compensar los platos con lácteos y huevos, que disfrazaban los sabores de los ingredientes vivos. Por mi parte, dos cosas re-descubrí en el veganismo: que me encanta el chile y que sí me gustan los postres!
En todas las recetas que aquí compartimos, se busca incluir ingredientes frescos y nutritivos. Para los amigos que se preocupan por nuestra ingesta de proteínas y aminoácidos, intentaremos incluir la información nutricional relevante. Algunas recetas requieren tiempo de preparación, pero la mayoría son muy fáciles y rápidas. Nos gusta preparar raciones abundantes y guardar algunas porciones en el congelador para después.
Se trata de comer rico, sano, variado... sin maltratar a nadie.
Páginas
lunes, 28 de marzo de 2016
lunes, 14 de marzo de 2016
Lasagna de papa con crema de acelga y tofu
Ingredientes
1.5 kilos de papa
1 pieza de tofu orgánico (200 gr)
1 manojo de acelgas (espinacas, kale; orgánicas)
2 cebollas blancas
1 taza de granos de elote cocidos
1 taza de chile verde / poblano (tatemado y pelado)
1 chorrito de aceite de oliva extravirgen
2-3 ajos
sal, pimienta negra, cúrcuma
Fuente de proteínas: tofu
Procedimiento
Precalienta el horno a 250°
Lava y pela las papas; ponlas a cocer en agua hirviendo unos 10 minutos (enteras). Sácalas del agua y corta en rodajas finas con ayuda de la mandolina (#2). Reserva.
Lava las acelgas y pásalas por agua hirviendo unos 3 minutos. Pasa a la licuadora junto con el tofu, el aceite, los ajos; condimenta al gusto. Licua hasta obtener una pasta suave y homogénea.
Pela y corta la cebolla en plumas. Sofríelas una sartén con un poco de aceite de oliva hasta que estén un poco transparentes (blandas). Reserva.
En un recipiente para hornear previamente engrasado, coloca una capa de papas (un poco sobrepuestas), una capa de cebolla, una capa de crema, un poco de elote y chile verde. Vuelve a repetir.
Hornea durante 30-40 minutos; los primeros 30 cubierta con papel aluminio, luego destapa para que se dore la primera capa.
La primera vez que lo preparé, utilicé un recipiente pequeño y coloqué hasta 5 capas. Las papas del centro estaban un poco duras (firmes) después de 40 minutos en el horno. Tuve que volver a hornear por otros 20 minutos. Mejor utiliza un recipiente más extendido y menos profundo (unas 3 capas) para mantener la cocción pareja. Sirve caliente con una rica ensalada.
Etiquetas:
5. Plato principal,
acelga,
cebolla,
chile verde,
elote,
espinacas,
gluten free,
kale,
lasagna,
papas,
tofu
lunes, 7 de marzo de 2016
Pan rústico de vino blanco
Ingredientes
400 gr de harina de trigo
100 gr de harina de centeno o de trigo integral orgánica
30 gr de levadura fresca / 14 gr de levadura seca
100 gr de masa madre*
20 gr de azúcar
1 cdt miel de agave
10 gr de sal fina
125 ml de vino blanco
100 ml de agua tibia
Masa madre
100 gr de harina de trigo
50 gr de levadura fresca
70 ml de agua tibia
Preparación
*La masa madre la preparé una noche antes; no tiene el sabor ni olor de las masas de varios días/semanas pero igual aporta una textura deliciosa al pan artesanal. Es suficiente con mezclar los tres ingredientes muy bien en un bol grande, cubrir con papel film y dejar reposar toda la noche. Puedes preparar la masa dos o tres días antes, solo cuida de revolver un poco cada tanto.
Para preparar el pan, incorpora todos los ingredientes secos: harinas tamizadas (pasadas por un colador), azúcar y sal. Si estás amasando a mano, prepara un "volcán" y coloca al centro las dos levaduras. Mezcla poco a poco la harina y las levaduras y amasa durante un par de minutos. Luego incorpora la miel y el vino blanco, poco a poco, hasta obtener una masa suave... ve incorporando agua según se necesite. Amasa, amasa y amasa.... por varios minutos. Mismo orden y procedimiento si usas una batidora con gancho para amasar.
Cuando la masa esté suave y elástica, pasa a la mesada previamente enharinada, amasa un par de minutos con las manos para dar la forma de una bola. Pon un poco de harina en un bol grande y pasa la masa para su primer reposo. Cubre con papel film y una servilleta húmeda y deja reposar durante 1 hora o hasta que doble su tamaño.
Precalienta el horno a 235°C
Pasado el primer reposo, pasa la masa a la mesada, amasa durante unos 5-8 minutos suavemente. Puedes hacer un solo pan grande (tipo bastón, alargado pero gordito) o dos panes redondos artesanales. Amasa para dar la forma deseada y pasa la masa a una charola/olla de hierro para hornear.
Si tu horno es modelo de la canica, como el mío, y no tiene la opción de vapor, pon una charola o recipiente con agua en la parte más baja del horno para que produzca vapor y se forme una costra crocante y dorada. Si usaste la olla de hierro, destapa en los últimos 15 minutos de cocción.
Hornea durante 30-50 minutos, hasta que el pan tenga buen color. Puedes sacarlo y, con mucho cuidado, golpear la parte de abajo. Si se escucha "hueco", ya está. Si lo sientes muy pesado, le falta un cachito. Deja enfriar en una rejilla y disfruta.
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